HORACIO LAITANO: «EL VIGÉSIMO PRIMERO»

 


 

El Vigésimo Primero

 

 Designado el Vigésimo Primero, se dedicó a ordenar su portafolio. A las nueve menos cuarto sería la penúltima entrevista. Un jefe encargado del ingreso se ocuparía de evaluarlo: la forma de tomar la lapicera o el timbre de voz que se exigía para atender las llamadas importantes. No obstante sus temores, él pensaba que esta vez lo aceptarían. Aún recordaba los consejos de su padre y todo lo aprendido en los cursos anteriores. 

 Cuando escuchó que lo llamaban, una rara sensación se coló por sus oídos. Su apellido sonaba diferente. De tanto escucharlo en otras entrevistas, parecía una palabra apolillada. Una suma de letras sin sentido que apenas lograba convocarlo.

 Al oírlo nuevamente, una duda feroz atenazó su cuerpo. Sin saber hacia dónde dirigirse, giró sobre sus pies hasta perderse. 

 

 

Lamento de Azucena

 

 Lamento estar tan sola, murmuró Azucena... Y sin hacerse esperar se desgranó en el aire. Sus brazos recorrieron la distancia que luego la separó del cuerpo. Sus piernas se agitaron por un rato hasta apagarse con el viento. Una figura lívida y acuosa ocupó el espacio de su ausencia.

 Al cabo de unas horas, su voz atravesó la sonrisa de todos los presentes y se alejó riendo.

 

 

Alejamiento

 

 Lo vemos alejarse y ya añoramos su presencia. Sus golpes en el piso, sus ruidos con las manos. Extrañamos además su sonrisa almibarada, sus dientes de manteca. No sabemos aún cuándo regresa, pero apostamos a verlo nuevamente. Tenemos que decirle algunas cosas. Soltar los argumentos que apretamos con los dientes, creyendo que después será distinto.

 -Él no quiere volver –aseveran en su casa-. Está cansado de hundirse en los recuerdos.

  Nosotros insistimos. Queremos que nos diga finalmente si es verdad que fuimos egoístas. 

 

Dudosas convicciones

 

  Sabe que los quiere pero siempre tiene dudas. Duda de la madre, duda de la hija y en el hecho de dudar se recompone. Cada vez que se levanta, pone en duda sus dudas anteriores. Convierte el ayer en el mañana y el paso silencioso de las horas en un viejo reloj que no funciona. Instala en su familia el cuerpo de la duda. Entre todos lo alimentan y lo engordan. Lo vuelven tan incómodo y pesado que empiezan a dudar de sus buenas intenciones.

 

 

Sopa de hortalizas

 

 Cuando cuento historias truculentas las ancianas se horrorizan. Se cubren los oídos con sus manos y corren a través de los pasillos. Del otro lado de la casa, mi madre las aguarda con paciencia. A medida que sus cuerpos se desplazan, prepara sigilosa su sopa de hortalizas… Un aroma persistente se expande por los cuartos aplacando las voces y los gritos.

 

 

El adusto violinista

 Don Carlos, el adusto violinista, recorre paso a paso las calles de su barrio. Puntilloso como siempre, se detiene en cada esquina y observa las fachadas. Las casas más antiguas despiertan su interés adormecido. Es entonces cuando siente que comienza la mañana. Un día cristalino en su memoria va trayendo silenciosas compañías. Sus primos en el campo, sus tías en la plaza y alguna señorita en la bruma de las tardes… Ahora que el tiempo se acumula como el polvo, Don Carlos se refugia en las preguntas que rescatan el sentido de su vida.

 

 

Estos textos pertenecen al libro de Horacio Laitano “La reunión de los ausentes”, publicado por Ediciones Botella al Mar. ISBN N° 978-950-513-530-1

 

 

Horacio Laitano (1955). Nació en Pergamino. Actualmente reside en Buenos Aires. Es autor de los siguientes libros: Pensado en otoño, Diálogos con la lluvia, Memorias de la noche, La mandrágora secreta, Los apuntes del Sr. Quq, Humores familiares, Los años anteriores, Las hojas y las horas y La reunión de los ausentes. Ha participado en varias antologías poéticas (Antología joven, Antología Poética Bonaerense, Antología Poética Hispanoamericana, Antología Poética Centenario Ciudad de Pergamino, Poetas en Botella al Mar, Nacer en los 50, Botella al Mar 1946-2011, Reunión de voces poéticas, Antología Botella al Mar 1946-2016, etc.). Ha publicado poemas y microficciones en revistas literarias. (El cañón oxidado, Empresa poética, Poemanía, La plaza humana, Todas las galaxias, Mis poetas contemporáneos, Con voz propia, El escribidor, El fantasma de la glorieta, Cuentos y más, Papirolas, Redes de papel, Vuelo de noche, Ficción mínima, etc.).

 


 

LAS CREACIONES

«Microrrelatos de Amor y Desamor»

«Dispara usted o disparo yo». Antología de microrrelatos policiales

«BREVIRUS», ANTOLOGÍA DE MINIFICCIONES